martes, 24 de abril de 2007

Domingo, 22 de Abril de 2007

San Martín del Camino - Ponferrada

Distancia recorrida--> 88,23 kms
Velocidad Media--> 16,4 kms/h
Tiempo de pedaleo--> 5,21 horas

Ccomo viene siendo habitual el tiempo está muy bien. El sol luce desde primera hora, y a las 8:30 estábamos rodando. Ahora ya por fin los paisajes comienzan a ser más bonitos. Incluso me recuerdan en cierto modo a Extremadura. Sembrados de trigo, campos de vides y encinas. Incluso se ve tierra roja. Así, con estos pensamientos se me pasó la primera subida del día, y al bajar, primer pinchazo del camino. Álvaro pellizcó la cámara y en un segundo estaba desinchada. Entre los tres, uno cambiando la cámara, otro reparando la pinchada y el otro colocando mla rueda no tardamos más que un par de minutos.

Ahora sí, continuamos subiendo hasta Astorga, donde pudimos apreciar que la catedral de esta ciudad no tiene nada que envidiarle a las de Burgos o León. Y el palacio de Gaudí casi que me gustó más. Pensando en las subiditas que nos quedaban, no paramos mucho, y proseguimos con la ascención hasta Rabanal del Camino. En El Ganso, paramos en el típico bar Cowboy, donde un picho de tortilla con chorizo iba a ser la comida del día, y continuamos. La siguiente parada fué con Bienvenido, que como no estaba liado con sus bastones. Nos contó los problemas que tiene con algún vecino que quiere denunciarlo por estar ahí, ¿cómo alguien puede ir en contra de una persona así? Hay gente para todo, desde luego. De ahí a Rabanal en un suspiro, para comenzar con lo complicado del día, la subida a Cruz de Ferro. A mi personalmente se me hizo eterna, sobre todo los últimos 6 kms, en los que no pude seguir el ritmo de los amigos tudelanos. Estos andan mucho cuesta arriba.

Como pude, llegué hasta Cruz de Ferro, que parecía no llegar. Pero una vez que la ves, y con las ganas que le tenía se olvidan todas las penurias. Pude dejar la piedrita que traía desde mi pueblo, Santa Mata de los Barros, y alguna cosa más que quería dejar en el Camino. Como anécdota, Alvaro dejó la pata de cabra de la bici, con los nombres de los tres inscritos. Seguimos entonces subiendo un poco hasta Manjarín, donde entablamos una agradable charla con Tomás, el hospitalero templario. Incluso hablamos de política...........se nota que las elecciones están al caer.

Aquí comezó una vertiginosa bajada de 12 kms, que entre la adrenalina de la velocidad y el agradable olor a jara que nos acompañaba fué un verdadero placer. La interrumpimos dos veces, para visitar El Acebo (según dijo Alvaro "no pasan los siglos por aquí") y Molinaseca, donde junto al puente medieval nos tomamos una refrescante cerveza. Y por fin alcanzamos la meta del día, Ponferrada, donde nos alojamos en el albergue municipal, de estos "industriales" pero bien dotados, aunque creo que ha sido mi peor noche.

Salud(os)

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