Hontanas - Sahagún.
Distancia recorrida--> 100,19 kms
Velocidad Media--> 16,3 kms/h
Tiempo pedaleo--> 6,08 horas.
El tiempo, como viene siendo habitual (y ojalá que dure) es muy bueno. El fresco de las mañanas ayuda a despejar la mente, y a partir de las 11:00 comienza a apretar el calor. Menudo moreno tengo ya!!!!!!
En el maravilloso albergue de Hontanas, desayunamos como reyes. Tostaditas, café y dulce. A las 8:30 estábamos sobre las bicicletas, con la mente puesta en el alto de Mostelares. Según las guías no parecía mucho............¡¡¡pero cómo se agarra esa cuesta!!! Desde el primer momento hube de utilizar la técnica aprendida hace ya algun tiempo, se denomina Tai Chi Bike. Consiste en poner plato pequeño, piñón grande y MUCHAAAAA paciencia. Al tran-tran se sube todo.
Y así fué. Una vez arriba, foto para el recuerdo, y a por más kms. Era la única dificultad del día, así que la distancia recorrida aumentaba vertiginosamente, hasta que llegamos a Carrión de los Condes. Allí, y para seguir con nuestras ya costumbres, nos paramos en un bar de la plaza del pueblo, donde dimos buena cuenta de unas morcillitas palentinas, queso y cerveza (he de decir en mi descargo, que eso es lo que comemos desde el desayuno hasta la cena de las 20:00).
Una vez sacado brillo a los platos de las raciones, continuamos hasta Calzadilla de la Cuesta. 20 kms de interminable recta, que además nos ha dejado las almorranas a la altura del gañote. ¡Qué manera de dar botes en el condenado camino! Cuando logramos que todo volviera a su sitio, continuamos pedaleando hasta Sahagún, donde haríamos noche. Allí pasamos por el albergue situado en la iglesia, pero estaba muy lleno, y no terminaba de convencernos. Nos fuimos a uno que abrieron el verano pasado. Viatoris se llama. Es una gran nave divididas con literas en grupo de 8, con una decoración exquisita. Un patio muy grande donde relajarse, y acceso gratuito a internet. Las duchas muy limpias y amplias. Además para los sibaritas, dispone de habitaciones individuales por 20€.
Como el cansancio era mucho, al igual que el hambre, rápido cenamos y nos acostamos. Creo que ha sido la noche en la que más he descansado.
De Palencia sólo puedo destacar su morcilla. Demasiado sembrado, mucho bote en el camino, y muuuuucha recta.
Salud(os)
sábado, 21 de abril de 2007
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